LA NOSTALGIA ES EL SUSPIRO DEL INSOMNE

3.28.2011

Labios



Y ya no duele caer, volar, soñar, amar, entrar de nuevo en esa rutina auto-destructiva de pensar en la otra persona sabiendo que duerme tranquila y no sufre de tu insomnio que te come desde adentro y te revuelve la cabeza y te agiliza la pluma y te vacía el tintero y te deja de cama a punto de sangrar por la boca todos los miedos y el
pasado no pisado y las inseguridades y la noche que cada vez explota mas fuerte en mis venas por las que también corre ella, dueña de mis suspiros y de mis mejores versos que terminan siendo solo un método de llorarle a la tierra porque no salí de ella en el momento oportuno.
Aunque últimamente me despierto pensando en su cuello se que nada va a alcanzar porque lo que es verdaderamente bueno es también imposible, pero no voy a dejar de amar por mas que sepa el final, porque lo mas lindo de todo esto es que me levanto y me duermo sintiendo sus labios.

3.15.2011

Prometo no volver...

Aún si el viento grita mi nombre
Aún si el cielo se llueve la vida
Aún si la última flor se marchita
y no sale el sol por un mes.

Les dejo mi suerte a los dados
aunque eso me cueste la muerte
Aunque la peste me pueble la espalda
y cambie el color de mi tez

Mantendré firmes mis pasos
aunque estos me lleven al mar
Y aún si me encuentro en el fondo
no voy a dejar de avanzar

Y si al final del camino solo me espera el olvido habré cumplido mi meta, ya que solo existe de veras quien a nada se aferra y camina sabiendo que el verdadero recuerdo está en un puñado de tierra.

3.07.2011




Me desperté. Pero no como aquel que finalizó su siesta diaria, sino como el que nace ciego y un día, de un instante a otro, ve la luz. En esa época no hacía mas que caminar buscando alguna mirada que me diga: yo también vi el fuego y ahora nada es igual. Me pasaba días enteros esperando un gesto sombrío para no sentirme solo. Y una noche, lo vi. Sentado en un banco me hizo una seña y no dudé ni un segundo. Me senté a su lado y mantuvimos el silencio y el misterio durante horas; con un extraño aire fraternal que nos rodeaba. Sus ojos eran negros y estaban vacíos. Su tez era pálida y era tan flaco como sus huesos le permitían serlo. Cuando empezó a amanecer se levanto para irse y me dijo: "Que nunca se te olvide, una vez que viste la luz, el camino solo te va a llevar a la oscuridad"

10 años pasaron desde ese amanecer, en esa década camine mil calles, respire mil noches y siempre me sentí afortunado de estar entre las sombras. Y nunca me crucé con esos ojos negros y vacíos; esa tez blanca y ese cuerpo huesudo. Hasta hoy, que me animé a mirarme en el espejo. Y ahora no puedo dormir.